Cada vez más se está reconociendo a nivel mundial que muchos medicamentos causan daños importantes en el hígado, así como enfermedades crónicas asociadas.
En noviembre de 2009 se publicó en la revista médica Gut un artículo llamado “Diagnosis, management and prevention of drug-induced liver injury”, cuyo contenido podemos resumir en varios puntos destacados:
En noviembre de 2009 se publicó en la revista médica Gut un artículo llamado “Diagnosis, management and prevention of drug-induced liver injury”, cuyo contenido podemos resumir en varios puntos destacados:
- Los daños en el hígado, y enfermedades crónicas derivadas, provocados por los medicamentos son cada vez más importantes, estudiados y reconocidos (“Drug-induced liver injury (DILI) is increasingly being recognised as a significant cause of both acute and chronic liver disease”).
- La hepatotoxicidad provocada por los medicamentos generalmente forma parte de la idiosincrasia de su propia naturaleza. ("Drug-induced hepatotoxicity is generally idiosyncratic in nature").
- El diagnóstico de una enfermedad del hígado provocado por un medicamento es difícil, pero la clave está en ir descartando otras causas que la pudieran causar, e identificar una característica clínica que relacione el consumo del medicamento con el daño. (“Diagnosis of drug-induced liver diseases can be difficult, but the key to causality is to diligently exclude other causes of liver injury, and to identify a characteristic clinical drug-related signature”).
Hay un caso reciente en Estados Unidos que es preciso comentar. Se trata de una mujer de 69 años que desarrolló “cholestatic hepatitis” (hepatitis colestásica) después de cuatro días de terapia con altas dosis de Zithromax (azithromycin), en España comercializado como Zitromax (azitromicina), para tratar una supuesta bronquitis. Esta señora no tenía antecedentes de enfermedad en el hígado.
- El diagnóstico de una enfermedad del hígado provocado por un medicamento es difícil, pero la clave está en ir descartando otras causas que la pudieran causar, e identificar una característica clínica que relacione el consumo del medicamento con el daño. (“Diagnosis of drug-induced liver diseases can be difficult, but the key to causality is to diligently exclude other causes of liver injury, and to identify a characteristic clinical drug-related signature”).
Hay un caso reciente en Estados Unidos que es preciso comentar. Se trata de una mujer de 69 años que desarrolló “cholestatic hepatitis” (hepatitis colestásica) después de cuatro días de terapia con altas dosis de Zithromax (azithromycin), en España comercializado como Zitromax (azitromicina), para tratar una supuesta bronquitis. Esta señora no tenía antecedentes de enfermedad en el hígado.
A raíz de este caso ha habido estudios y publicaciones que relacionan la azitromicina con daños en el hígado, dándose también la circusntancia de que esta clase de antibióticos el cuerpo los elimina a través del hígado.
Zitromax es un conocido antibiótico fabricado y comercializado en España por Pfizer, que se utiliza para tratar una variedad de infecciones bacterianas. Según el prospecto:
“Azitromicina pertenece a un grupo de antibióticos denominados antibióticos macrólidos. Es un antibiótico de “amplio espectro”, activo frente a una amplia variedad de bacterias o “gérmenes” causantes de infecciones.
Se utiliza para el tratamiento de infecciones de transmisión sexual producidas por microorganismos sensibles”.
En los últimos años, Zithromax ha sido asociado, no solamente con hepatitis, sino también con otros problemas serios en el hígado, necrosis del hígado e incluso se han dado condiciones médicas donde ha sido necesario el trasplante o el paciente ha fallecido.
Los problemas en el hígado causados por los medicamentos deben ser estudiados con mayor intensidad, informando claramente en prospecto y ficha técnica. Como siempre, echamos en falta más información al respecto en España: número de notificaciones RAM sobre Zitromax y la azitromicina; medicamentos peligrosos para el hígado, entre otros datos.
“Azitromicina pertenece a un grupo de antibióticos denominados antibióticos macrólidos. Es un antibiótico de “amplio espectro”, activo frente a una amplia variedad de bacterias o “gérmenes” causantes de infecciones.
Se utiliza para el tratamiento de infecciones de transmisión sexual producidas por microorganismos sensibles”.
En los últimos años, Zithromax ha sido asociado, no solamente con hepatitis, sino también con otros problemas serios en el hígado, necrosis del hígado e incluso se han dado condiciones médicas donde ha sido necesario el trasplante o el paciente ha fallecido.
Los problemas en el hígado causados por los medicamentos deben ser estudiados con mayor intensidad, informando claramente en prospecto y ficha técnica. Como siempre, echamos en falta más información al respecto en España: número de notificaciones RAM sobre Zitromax y la azitromicina; medicamentos peligrosos para el hígado, entre otros datos.
Además, observamos que la determinación de posibles responsabilidades legales por los daños provocados en el hígado por este tipo de medicamentos en cuestión, va a estar, má que nunca, en establecer la relación de causalidad entre su consumo y el daño provocado, puesto que podríamos decir que son "daños colaterales de los medicamentos". En este sentido, ya hay estudios que así lo admiten, aunque el paciente o el dañado la mayoría de las veces no es informado sobre la verdadera causa de su enfermedad, o, quizás mejor dicho, no se estudian estas causas, puesto que esta persona no suele ser informada sobre una posible causa-efecto entre el medicamento y el daño. Más claro todavía: el consumidor del medicamento y dañado no sabe, y muchas veces nadie se lo hace saber, que el medicamento le ha podido causar ese daño, o que al menos existe alguna posibilidad sobre esta relación de causalidad.
Pd: Agradecemos a Tom Lamb, abogado en Estados Unidos especializado en la reclamación legal por los daños provocados por los medicamentos, y editor de DrugInjuryWatch.com, por el envío de su post sobre Zithromax.
LEÍ EN UN NÚMERO DEL "DIARIO MÉDICO " QUE CON TIOACETAMIDA 3g/l (3 GRAMOS POR LITRO) SE PROVOCABA EN 4 MESES UNA CIRROSIS HEPÁTICA EN RATAS.
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