En Galicia hay en torno a 18.000 gallegos que toman más de 15 fármacos diferentes. Y más de 130.000 con tratamientos en los que se superan los seis medicamentos. En su mayoría son personas mayores, con pluripatologías, muchas de ellas crónicas, para los que al hecho de tener que polimedicarse se suman las dificultades para tomar de modo correcto el tratamiento.
El Servizo Galego de Saúde ha iniciado un plan para revisar el tratamiento de todos estos pacientes y evitar así que se produzcan errores como duplicidades, interacciones o reacciones entre ellos. Para ello, comenzará en una primera fase con los que toman más de quince fármacos diferentes, más de 18.000 actualmente (15.000 de ellos ya adscritos al sistema de receta electrónica). El objetivo de la Administración sanitaria es llegar finalmente a los más de 130.000 que cuentan en su tratamiento con más de seis medicamentos prescritos (110.000 de ellos ya introducidos en la receta electrónica), es decir, a todos los polimedicados gallegos (aquellos usuarios que toman más de seis fármacos distintos durante un mínimo de seis meses).
Los encargados de hacer un primer cribado entre todas las historias clínicas son los farmacéuticos de atención primaria, que si detectan algún error en las historias clínicas, o simplemente que dos medicamentos pueden interaccionar entre sí, lo remitirán a los médicos de familia. Desde que funciona la historia clínica electrónica, la posibilidad de que haya duplicidades o errores se minimiza, porque si un especialista prescribe a un paciente un fármaco que ya toma, el sistema no permite añadirlo a la historia, es decir, no permite duplicarlo, y si es similar, el sistema informático avisa.
Reparto de pastilleros
Otra novedad de este programa, en el que estarán implicados los dos primeros médicos eméritos con los que cuenta el Sergas, Ovidio Fernández y Fernando Diz-Lois, es que el personal de enfermería de los centros de salud, cuando tras el primer cribado del farmacéutico se encargue de verificar con el propio paciente si está tomando el tratamiento y si lo hace de forma correcta, podrá entregar sistemas personalizados de unidosis (pastilleros), para las personas que tienen más dificultades.
Uno de los problemas que se detectan en los pacientes polimedicados es el efecto cascada, es decir, dar fármacos para paliar un efecto secundario de otros, y así sucesivamente, cuando podría evitarse cambiando o eliminando el primer medicamento.
El Sergas no se ha puesto una fecha límite para terminar con esta revisión, y asegura que aunque es evidente que una mejor prescripción llevará a un ahorro farmacéutico, el objetivo del programa es mejorar la atención al paciente crónico y la seguridad de los tratamientos. De hecho, en un principio el proyecto se planteó para abordar de forma conjunta en todos los gallegos que toman más de seis fármacos, pero al detectar que la cifra era muy elevada, se propuso iniciar el programa con los de más de quince fármacos diferentes durante un mínimo de seis meses.
Los estudios científicos reflejan que cuando un usuario toma mas de diez medicamentos diferentes es muy posible que tenga algún tipo de interacción o efecto adverso entre ellos.