Según informa la BBC, el British High Court
ha ordenado vacunar a dos hermanas, de 15 y 11 años respectivamente, de la
famosa vacuna MMR (Triple vírica: sarampión, paperas y rubeola); vacuna muy
cuestionada en Reino Unido y USA por las RAM (Reacciones Adversas) graves que ocasiona
en algunas personas.
Los padres de las
niñas ahora están divorciados. Cuando estaban juntos decidieron no vacunas a
las menores. Ahora el padre lleva el caso a los tribunales demandando que sus
hijas sean vacunadas de la triple vírica. La madre se niega. Las hijas también
se niegan. La de 15 años es vegetariana y dice que se niega porque estas vacuna,
de las compañías GSK (GlaxoSmithKline) y SNY (Sanofi) se incuba utilizando material
biológico animal.
La apuesta del Reino
Unido por la vacunación es clara y potente. Hace unos días, estaba comprando en
un supermercado en Inglaterra y en menos de 10 minutos escuchaba por megafonía
una voz que aconsejaba y “promocionaba” la vacuna de la gripe. Por otro lado,
hay varias empresas productoras de vacunas muy importantes que son de Reino
Unido.
El Alto Tribunal
impone su visión paternalista contra aquéllos que piensan que el derecho a la
autonomía de la voluntad en salud está por encima de este tipo de imposiciones.
Este asunto es muy complejo. ¿Qué derecho debe sobreponerse? Por un lado, el
derecho a la salud pública y por otro el derecho a la libertad sobre tu cuerpo.
Cómo no soy
científico, ni farmacólogo, ni especialista en virus, ni epidiemólogo, ni
vacunólogo, ni médico, mi opinión quizás no valga mucho, aunque veo, como ciudadano y abogado preocupado por estos asuntos, que hay
ciertas cosas que también son importantes y se dejan de lado. Por ejemplo:
- El hecho
de obligar a vacunar en pos de la salud pública puedo llegar a entenderlo,
pero, ¿estas vacunas son realmente tan importantes? ¿Hay otras terapias
alternativas que pueden ser igual o tan eficaces que la vacunación de la triple
vírica?
- ¿Por qué
el consentimiento informado en vacunas todavía es una quimera? Vale que me
impongan, pero también tengo derecho a saber y que me informen de forma
adecuada, real, actualizada y responsable. Claro, quizás, informar puede
provocar dudas y eso daña la salud pública. Aquí está la cuestión bioética a
debatir.
- Tengo
derecho a que me hagan pruebas diagnósticas sobre mi sistema inmunitario? Es
decir, una vacuna refuerza el sistema inmunitario de una manera sintética. Si
yo tengo un sistema inmunitario débil o que no funciona bien, para que nos
entendamos, ¿tengo derecho a que me hagan pruebas de revisión de dicho sistema?
¿Pruebas de alergia a componentes de las vacunas?
La salud pública hay que protegerla y es un derecho de todos. El consentimiento
informado en vacunas es un derecho fundamental del ciudadano. Mi cuerpo contra
la sociedad. Es un debate muy complicado a nivel bioético que, por ahora, no
interesa tocar al poder económico y político, pero que muchos ciudadanos
comenzamos a inquietarnos al conocer que muchas personas sufren por las RAM
graves que provocan estos compuestos. Además, faltan estudios serios e
independientes sobre las consecuencias del refuerzo artificial y sintético de
un sistema humano inmunitario. ¿Por qué?
No es estar en contra de las vacunas. Es estar a favor de la
información en salud.
Francisco Almodóvar
Francisco Almodóvar