El equivalente en Estados Unidos de Reductil, Reduxade, Zelium, entre otros medicamentos que contienen sibutramina, se llama Meridia.
La FDA ha decidio mantener a Meridia en el mercado, a pesar de que su homólogo en Europa, EMEA, decidió la semana pasada parar la prescripción y dispensación de los equivalentes a Meridia en la UE.
Los numerosos estudios científicos, tanto en USA como en UE, advierten de los peligros cardiovasculares de las "píldoras antiobesidad" en pacientes que tengan ciertos problemas de salud. La FDA, con los mismos estudios en la mano, y otros más, ha decidido, solicitar un informe al fabricante, Abbott Laboratories, y le ha obligado a poner un "warning" en la caja del medicamento y prospecto, advirtiendo de los riesgos señalados en los estudios. En marzo volverán a tocar el asunto.
El mercado de la obesidad en USA es enorme y tiene un crecimiento exponencial en los próximos años. Las diferencias de criterio entre FDA y EMEA comienzan a ser sospechosas. Y eso de que disponen de los mismos datos y estudios. Pero ¿quien paga unos estudios y quien paga otros? ¿qué estudios tienen más finalidad? ¿qué datos necesitan las Agencias para ponerse de acuerdo? ¿No es la farmacovigilancia un asunto internacional en que, al menos, las autoridades de control y supervisión debieran ponerse de acuerdo? ¿Qué intereses oscuros hay en todo esto?
Y la última cuestión: ¿Por qué la EMEA y la FDA no publican claramente el número exacto y la gravedad de cada reacción adversa (RAM) de los medicamentos antiobesidad?
Seguiremos profundizando en este asunto. Tus comentarios a este post serán muy valorados.
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